Las armas no solucionan los conflictos humanos; el diálogo, sí

Aunque sea muy modesta nuestra voz, y quede reducida al ámbito de nuestro Colegio Mayor, este Patronato ha acordado manifestar públicamente su absoluta repulsa por el terrible conflicto armado que se viene produciendo en tierras donde se proclamó hace XXI siglos un mensaje de paz para todos los hombres.

Ya se han cumplido tres meses desde el inicio de ese conflicto y, desgraciadamente, no sólo no se ven vías para su resolución, sino que están surgiendo nuevos enfrentamientos armados altamente preocupantes.

Deseamos expresar rotundamente nuestro rechazo a la violencia, venga de donde venga, y nuestro convencimiento de que la violencia sólo engendra más violencia, y de que las armas no sirven para solucionar los conflictos humanos. Al contrario, sólo sirven para agudizarlos y enquistarlos.

El atentado terrorista de Hamás del pasado 7 de octubre, con el reguero de asesinatos, violaciones y secuestros de hombres, mujeres y niños que produjo, es condenable absolutamente desde cualquier punto de vista por inhumano, cruel, y homicida. No hay razón alguna que lo justifique.

Ello, no obstante, también hay que repudiar, con la misma firmeza y rotundidad, la respuesta del Gobierno y del Ejército de Israel por apartarse, de igual modo cruel e inhumano, de las normas básicas del derecho internacional, como así se lo ha hecho observar la opinión pública mundial, y por desoír los constantes requerimientos de que se ajuste a esas normas, y más aún, de que se produzca un alto el fuego. El conflicto ya supera los 23.000 muertos (22.000 palestinos, entre los que se encuentran cerca de 5.000 niños, y 1.200 israelíes) y los 50.000 heridos. El 70% de las víctimas en Gaza son mujeres y niños. Ninguna guerra en los siglos XX y XXI ha alcanzado una proporción tan elevada de víctimas civiles. ¿Qué justificación puede tener ese tan triste balance?  ¿Hasta dónde va a llegar la destrucción emprendida?

Desgraciadamente, ese conflicto armado ha hecho pasar a un segundo plano del interés mundial otros conflictos, igualmente graves, como la guerra en Ucrania y en Yemen, donde también muchas personas son víctimas de la perniciosa ambición de poder que alienta a sus responsables. Son igualmente reprobables.

La Fundación Universitaria G.J. Chaminade es consciente de la importancia de tener una visión crítica con el mundo y de asumir un compromiso para mejorarlo. Por eso, su Patronato hace un llamamiento para que se produzca de inmediato: la ayuda humanitaria, imprescindible para evitar una mortalidad mucho mayor ante la falta de agua potable y de alimentos, la liberación de los rehenes, el abandono definitivo de las armas y de cualquier tipo de violencia, y un diálogo permanente sobre la base del reconocimiento de la igual dignidad de las personas como única vía para solucionar estos conflictos.

 

 

Madrid, 8 de enero de 2024

Patronato de la Fundación Universitaria G.J. Chaminade